Amen

the light that illuminates us is the very same that blinds us too.



A veces los días son oscuros, llenos de rabia por las cosas arbitrarias del mundo. A veces simples cosas hace pensar que el mundo esta lleno de mentes obtusas, débiles, e imbeciles, que no saben mirar mas allá de sus narices, que solo ven lo que quieren ver, y no poseen la suficiente inteligencia/criterio para ver los actos de otros.

Para cierta gente, ser anónimo es su vida, hacer las cosas a escondidas como un vil fariseo, es su ley. Ser inquisidor aun es moda entre los que creen en en libros de ficcion religiosa, ser censurador es aun una costumbre entre los que profesan doctrinas de alguien que predicaba el amor al prójimo como a uno mismo.

Cuanta inconsecuencia hay en las mentes cristianas, no solo por lo que me paso, sino por lo que se ve cada día en las noticias, fieles que son capaces de linchar a los que piensan distintos, curas pedofilos, pastores evangélicos ladrones, viejas con mantas en las cabezas que rezan aves marias, pero que condenan a una madre soltera o a un joven porque tiene sexo con condón.


La tolerancia es su escudo, una manoseada palabra que esconde todo lo contrario, porque en un ápice de confrontación, la tolerancia se desvanece como azúcar en el agua, y afloran los instintos mas bajos, y aun peor, bajo esa sombra del anonimato. Es la incoherencia pura, sermonean y sermonean, pero bajo la luz del antagonismo, desesperan y hacen desaparecer lo que los opone, xenofobia absoluta, miedo a lo desconocido, a lo que no pueden comprender.


Una vez me enseñaron que Joshua de Nazareth dijo "si te dan una bofetada, da la otra mejilla", y analizando esa frase, los romanos dan las bofetadas con la parte exterior de las palmas (donde están los nudillos) y si tu dabas la otra mejilla después de una, tu cara se enfrentaba a la mano abierta que te golpeaba, es decir, tu actitud era de confrontación, tu rostro la contradecía, actuaba valientemente mostrando la cara ante un ataque. No corría a esconderse detrás de los hábitos de un sacerdote o del chivo expiatorio que son las religiones.


La historia ha perdido muchas cosas por el pensamiento obtuso y limítrofe de las masa cristiana y religiosa, y lo seguirá haciendo...




Lastima q se pierdan cosas importantes para uno, por gente anónima, mojigata y mas encima poco inteligente. Pero gracias a capítulos como "Homero Misionero" puedo sentirme bien, no todo esta perdido. Y a mi padre que a pesar de tener su fe, capta el mensaje de Juan, el de escudriñar “la palabra” y los libros, y no quedarse con las simples imágenes o los iconos que tan fáciles son de destruir o interpretar equivocadamente.



Amen.