Generalmente la mejor época para caminar es el otoño tardío y el invierno prematuro, donde el viento es suave y frío, especialmente en las tardes cuando el sol se esconde y la noche va entrando tranquila, y las luces centrales de la ciudad aparecen y brillan vivas…
…una temporada tuve un trabajo en una situación geográfica privilegiada, cerca de un parque muy grande, un río y edificios contemporáneos con ganas de ser gringos, y hartas veredas para caminar, y justo era aquella época, donde caían leves gotas, corría el gélido aire, y vestía un chaquetón, para esto casi por obligación tomaba un cigarro, lo prendía, y hacia que me acompañara durante la caminata hacia el transporte que cotidianamente me llevaba a casa. Duraba unos minutos, tal vez mas, paraba en un semáforo y se consumía mas rápido, detenía el viento con mis dedos para que las cenizas no devoraran lo que queda del fuego tabacalero. Me detenía a mirar arriba, mas luces, y las gotas que caían, es el fuego y el hielo que quieren luchar…
No se si será la necesidad, o la aplacacion de la ansiedad, o el deseo de aspirar tabaco quemado tal como lo han hecho durante años en la humanidad. Me quedo con la imagen del tipo en moto que tiene chaqueta de cuero o el vaquero que corretea las vacas y para descansar se fuma un cigarro en vez de tomar agua, o un simple mortal de chaqueta negra, barba que camina en el helado invierno trasnochado y queriendo encontrar a su alma gemela…
Fumar, esa canción implacable, ese drama pasional que lucha con la enfermedad que arde adentro, es el instinto suicida que todos los días tengo al prender fuego al calmante mental que me lleva a olvidar que pienso. Aun recuerdo como un torbellino de frio envolvía mi caminata, que estaba llena de dolor y angustia, y al poco rato de fumar aquel tabaco, todo se volvía tranquilidad, el humo se iba tal como la incertidumbre, curioso…como la muerte hace que la incertidumbre se vaya. Es la mezcla del fresco aire invernal, ese que duele y hace sangrar el alma, mas el calor wagneriano del tabaco, la lucha primigenia del hielo y el fuego, que repara y reconforta según en caso.
Gracias por tener la capacidad y el talento de emprender el viaje ene. Humo gris y veleidoso de un cigarro, y por la pasión madura y reflexiva de aspirar tabaco en pipa.
Dedicado a los que fuman por placer, por activar la lucha del hielo/fuego, y por estar constantemente cerca del Némesis…
“no son lagrimas, no es un llanto, es el humo del cigarrillo que me hace llorar”
Tommy Rey