9/08/2006

Lluvia en la ventana

Al final te deseche de mi mente, era una hora extraña y no llegabas ya, no tendrías porque hacerlo, como siempre. El timbre sonó caóticamente, algún vendedor extranjero o un maldito mormon que no toma café. Bajo las escaleras, veo una cara extraña, casi me devuelvo a seguir tomando. Pero no, abro, eras tu, lo que ya no esperaba, con tu menuda y flaca serenidad ebria, te estreche hacia a mi, te extrañaba...



La distancia siempre nos hizo seres separados, el cariño siempre era un etéreo aire, el te quiero, la forma que me unía a ti. Te acercaste, como siempre, tomaste mi mano, me acerque a ti, en serio que te extrañaba. Días antes tu presencia andaba por ahí, en mi casa, en los delirios de la fiebre que me capturo semanas antes, y ahí andabas caminando con tu cara linda, tus ojos extraviados y medios inconscientes. Hoy estabas aquí al lado mío


Tomabas mi mano, yo también, otra persona nos miraba, y me decía algo con los ojos, a esa persona el dia anterior anterior le dije:


.- la quiero..., tengo que hacerlo


Te miraba largamente, temblaba un poco, o sea mucho diría yo, así que bebía y bebía, acariciaba tu pelo, seguía mirándote y amarrando tus manos a las mías, quería amarrarte hacia mi...pero escapaste. Donde te metiste. Me pare en frente de la ventana, llovía, quizas la primera lluvia en mucho tiempo, era con un viento frío y que se colaba por las ventanas abiertas, me permití morir de frío un rato, hasta que el calor de tu cabeza en mi hombro me abrigo completamente. Solo te mire, tus ojos se volvieron bizcos por un segundo. Probé violentamente el dulzor de tu boca , embriagada de licor, con la presura de un adolescente apasionado por besar a su musa inspiradora, esta vez la musa, daba pasos en falso y sabia a ron dorado.


.- Ven...

La oscuridad nos acompaño en un cuarto que tenia puertas en las ventanas, donde podían salir en cualquier momento intrusos, pero eso solo veías tu. Yo reía y reía, yo me inundaba de tu cuello y de tu olor , hubiera vivido ahí durante mucho tiempo. Tus manos, mis manos rodeaban nuestras ropas, navegaban y desplazaban hacia la piel temblorosa y ardiente, hacia caminos que mi memoria de british knight no mencionara.

Mi memoria vuelve hacia mi, después de copas y copas de cerveza, te vi dormida, sola, rodeada de la gente que estaba en aquel lugar. Brindaba, chocaba mis copas con otras. Me situe al lado tuyo, me embriague contigo, con tus labios, tu piel y tu cuello, te mire, sonrei, y mi dia acabo...